viernes, 6 de noviembre de 2009

Y te fuiste

Y te fuiste.
Mi mirada te siguió preguntándose el por qué del abandono,
el por qué del exilio que emprendías sin motivo aparente,
el por qué del arrojo al vacio sin el paracaidas que mi amor
era para ti.

Y me detuvieron.
Mis pasos seguirte quisieron y hasta pensé que lo había logrado
pero el hado, el destino malvado, el cielo o el infierno
me devolvieron a este vacío cuarto,
a este laberinto sin salida que espejado se rie de mi sufrir.

Y enloquecí.
Intentando entender el por qué y el cómo,
preguntándome qué rutas tomar para alcanzar tu viaje,
qué excusas herejes vaciar en la bilis del ateo reproche,
dónde derramar la sangre que brota cual maná de mis ojos.

Y entendí.
Que existe un motivo que no puedo comprender aún
designio celestial que torturante me obliga a existir...sin ti,
Que todo camino, sendero o atajo, me lleva al mismo fin.
Que aún no es mi tiempo: que debo esperar
pues este lapso me hará saber la realidad de tu importancia,
y la valía de mi alma.

Y que cuando culmine todo: te buscaré sin prisa, con calma
pues al cerrar mis ojos al blanco día no daré un paso siquiera
pues tú me izarás en tus alas por la eternidad.


Liliana Varela 2008

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