lunes, 28 de enero de 2008

El hombre que vino del frío

El hombre que vino del frío
“...dicen que murió de frío:
yo sé que murió de amor”
Fragmento del poema La niña de Guatemala, José Martí.





Siempre hy seres extraños a nuestro alrededor que pocas veces miramos. No era un indigente. No. Llegó con dos maletas, botas de esquimal, un abrigo de pieles y una gorra que le cubría la cabeza. Casi nunca teníamos visitas por lo que su presencia llamaba la atención de propios y extraños. Asombraba que a pesar de la canícula el hombre no mostrara ningún rastro de sofoco por su vestimenta. Su tez ruda y curtida, y su mirada expresiva y triste, lo hacían distinto del resto de los mortales.
A su llegada deambuló por la plaza principal, dio unos pasos, se sentó en una banca y sacó una bolsa de migas de pan para alimentar a las palomas; mientras, los niños se acercaban a él y cuando descubrían su rostro emitían un llanto estridente que orillaba a las madres a apartar a los pequeños de aquel hombre. Los parroquianos no dejaban de observar al ermitaño y entre murmulls y señales reían burlonamente por el espectáculo ofrecido ante sus ojos.
Después de unos minutos fue al único hotel de la aldea, se arregló con el dueño y sacó unos billetes para saldar la cuenta. De inmediato, en su habitación, dispuso la cama 30 grados latitud norte y 48 grados longitud este, en dirección al Artico, para recordar su origen y el camino de regreso.
La vida parsimoniosa del pueblo cambió. Las mujeres vigilaban tras las ventanas cada movimiento del forastero y no faltó quien le atribuyera historias de crimen y de horror, aunque jamás se pudo comprobar ninguna de ellas.
Nunca tuvimos contacto con aquel hombre pues su idioma y vida solitaria frenaban cualquier diálogo encuentro, sin embargo el aroma de su piel y su fisonomía tenían cierta familiaridad al grado que nos evocaba a un personaje que nos había visitado en el antaño. A pesar de su indiferencia, tomamos cariño por el hombre y éste se hizo parte del paisaje.
Como rutina, todas las mañanas, el extranjero iba al brazo del río y embarcaba mar adentro. Eligió un acantilado que por sus formas abstractas semejaba un iceberg. Ese lugar le serviría de observatorio. Él, en las alturas, inmutable, fijaba su vista en el horizonte como una estatua humana, a la espera oía cómo zumbaba el viento emanado de las profundidades y se perdía con las gaviotas en el azul océano.
Un día nuestro huésped no regresó de su expedición, razón por la cual los pescadores y yo nos congregamos para ir a su búsqueda. No tardamos mucho en encontrarlo. La escena era conmovedora y triste. Sobre la roca, yacía su cuerpo inerte. Un charco de sangre lo empapaba como una inmensa gota de aceite. Tenía un brillo ambiguo en sus ojos dispares que contrastaba con su sonrisa plena. En el regazo del forastero, unidos para siempre, reposaba una sirena albina, quien llevaba una rosa blanca sujetada a sus dientes y en su frente descansaba una corona de azahares. La sirena tenía una imagen inmaculada, ajena al mundo, y una belleza sin par, más allá de su piel escamosa de pez dorado, deshidratada por la falta de agua y por el líquido rojo en su estilada silueta que el hombre le había salpicado.
Al abrigo de la luna, encendimos las antorchas para trasladar los cuerpos sin vida. En la comisaría estaban reunidos los habitantes del pueblo quienes dieron muestras de azoro por la tragedia.
A pesar de la vida ermitaña del sujeto nadie dejó de asistir al funeral. Durante la marcha fúnebre y al toque de los tambores se transpiraba un ambiente de inmenso dolor, los pájaros dejaron de cantar y cayó un rocío de lluvia, como gotas de llanto vertidas del cielo. El silencio habló a dos voces.
Empezaron las investigaciones. Se contaban leyendas míticas, sin embargo nadie aportaba indicios para explicar los hechos. Finalmente, el hotelero entregó las valijas del hombre de nieve. Entre sus pertenencias había unas fotografías en donde el extranjero posaba con otros amigos, justamente en la plaza principal de nuestro pueblo. También hallaron unos bocetos del mar, conchas, corales, un frasco con arena, estrellas de mar, esbozos en un lienzo de la sirena recostada en el acantilado y apuntes de un diario en donde el hombre narraba las noches de desenfreno y soledad por no despertar junto a ella.
Al paso del tiempo los sucesos se encadenaron. El pueblo fue anfitrión de un encuentro de culturas del mismo Continente, en apariencia distantes. El hombre estuvo aquí, en ese encuentro. Él nunca había visto el mar, sólo tenía a su alrededor paisajes blancos durante ocho meses de invierno y, en contraste, desde la misma perspectiva, enfrentaba el deshielo interminable de temporadas cálidas.
Dicen que el mar le robó el alma y que no pensaba más que en su inmensidad. En una visita a ese recinto sagrado conoció a la sirena albina y quedó profundamente enamorado en el mismo instante que advirtió su blancura.
Las horas son inalterables y aquel encuentro de culturas terminaba. El reloj marcaba el camino de regreso a casa, lo cual implicaba dejar su alma y su amor en el rincón de los recuerdos, en el mar. Desesperado, el hombre, tomó rumbo al acantilado y con un llanto profundamente humano no pudo despedirse de su amada. En un desborde de pasión, la cargó en brazos, la ató a su espalda y huyó con ella, lejos, a su tierra natal. Vivieron momentos felices, pero el hombre no tomó en cuenta que en la vida real todo se descompone y que, literalmente, la sirena moría de frío, al percatarse de ello, la cobijó y la atavió con ropa apropiada y prendió fuego para recuperar el calor, no obstante, la sirena tenía que zambullirse en el agua para no desfallecer, entonces, él, fue a buscar una plancha de hielo y abrió un gran boquete, bajo éste emanaba una corriente de agua cuyo cauce conducía al océano. Regresó por su enamorada y la sumergió en el pozo. La sirena, con las ropas puestas, cayó en las profundidades, pero, debido al peso, no logró flotar. Abajo, las temperaturas descendían a 40 grados menos cero. El hombre del frío observaba la escena a través del espejo de hielo. Paralizado por el pánico no pudo hacer nada. La sirena murió de hipotermia mientras que la corriente la arrastraría al océano, a lugares insospechados.
El hombre corrió tras ella, después la perdió de vista, sólo alcanzó a emitir un grito desolado, se sentó por horas con la mirada perdida hasta que fue a su refugio, tomó un par de maletas y un mapa de mares y ríos. Por fin, cuando recuperó la cordura miró el atlas del mundo y tomó rumbo al Sur, por los litorales. Ese hombre caminó muchas lunas y soles, entre bosques, selvas y desiertos, no lo detuvo el hambre ni la sed ni las fronteras. La brújula que portaba paró sus agujas aquí, en la villa, y sin saber que el futuro por venir trazaba la línea del destino. La vida le ofrecería un viaje de retorno para recobrar su alma y a su amada perdida en el fondo del mar.
Ahora ss cuerpos reposan bajo el limo. En la lápida de él reza la frase “El hombre que vino del frío” y en la de ella se inscribe la leyenda “La sirena que murió de frío”. Solo sé que se amaban y que no murieron de frío. Ambos, descansan en paz. Cuando elevo la vista al cielo, veo dos estrellas fulgurantes y redondas, blancas como el alba e imagino que están allá, reunidos al calor de las brasas.
Lady López, 2007.





Lady López

miércoles, 23 de enero de 2008

En lo que disiento del MANIFIESTO DEL ESCRITOR WEB

Quiero disentir un poco. Comparto que las editoriales y los premios están predispuestos por el interés comercial o político, eso nadie lo niega, y también me uno a la concepción de que con los escritores de la Internet se gesta un buen augurio. Pero no me ajusto a la explicación que da a los tres ejes del manifiesto:

La producción literaria
Los lectores
La culpabilidad de las editoriales
Hay algo visceral que hace deslucir lo que hay de verdad. Me explico.

1. La producción literaria: (Antes, por lo menos, se trataba de escribir con cierto estilo) cita textual.

De ninguna manera. El idioma tiene un dictador que se llama "el uso" y es el escritor quien debe valerse, con mucha imaginación, de aquellos hábitos comunicativos para encontrar resonancia en el lector. No me imagino una escena en la que un chico en aprietos quiere hacerse prestigioso y atractivo para declarar su amor y deseo a una chica al interior de un "boliche", diciendo: "¡Oh señora de la fermosura, esfuerzo y vigor del debilitado corazón mío! Ahora es tiempo que vuelvas los ojos de tu grandeza a este cautivo caballero, que tamaña aventura está atendiendo." (Don Quijote)
Los tiempos han cambiado, y qué tal que no fuera así. Cómo, con qué criterio, alguien se atrevería a decir que la música de Vico C u Ozzy, para poner dos antagónicos, son solo guano. Que el verdadero estilo es el de Mozart o Beethoven. No señor, en estética todo argumento pierde validez cuando se va al pasado para juzgar la hermosura o la fealdad de algo presente. La razón es más que evidente, pues la nostalgia pesó más que la sensatez.
Por lo tanto, en buena hora, como dicen en España, esa orgía de estilos atrevidos y poco eruditos, porque ellos nos anuncian que algo nuevo y definido está por nacer.

2. Los lectores (El insulto a la inteligencia, por tanto, ya es parte de las políticas editoriales, cuando la "literatura chatarra" se amontona en las mesas de novedades y en los expositores de las librerías, como un producto consumible o como una lata de Coca-Cola en un refrigerador, para servir a ese lector complaciente que se leerá cualquier novela con una bonita foto en la portada. )
"Lector complaciente" , por más que lo analizo no entiendo si es un insulto o una condolencia. Complaciente de qué, ¿De las propuestas de las editoriales? Caramba, entonces quienes leen a Chopra ¿son, además de complacientes, brutos por no preferir a Lawrence Durrell y su precioso "Cuarteto de Alejandría"?. Perdóneme, pero no puedo dejar esto inadvertido. La soledad que vive la lectura se debe a que la inmensa mayoría prefiere otros hábitos para divertirse e instruirse. El libro de novela, cuento o poesía queda en la última de las opciones, si acaso. ¿Porqué? Porque en lo que llega a sus manos no haya la resonancia con su ser. Esa es la razón por la que celebro y estimulo a quien lee, sea lo que sea, porque sé la dimensión de las bondades que ofrece al espíritu este arte. Pero si yo llegase a pormenorizar al joven que lee con pasión un comic, estaría asesinando a un lector. Hay si estaría ofendiendo su inteligencia. Por eso, me atrevo a decir que más daño han hecho a la literatura quienes creyéndose eruditos pontifican acerca del bien y del mal de las letras, que el cine o la televisión. Y lo asevero porque han sido ellos los encargados de ahuyentar al lector al pretender entablar un dialogo por medio de un lenguaje absolutamente ajeno a él.
Por lo tanto, que se lea lo que se lea, lo importante es que sea con pasión, pues, como dijo Juan Gossaín, luego será el tiempo quien se encargue de conducirlo hacia la búsqueda de una mayor belleza.

3. La culpabilidad de las editoriales. (Por estas razones, y ante el desdén de una industria editorial que desprecia la literatura como arte, los narradores, que no practicamos las formas y contenidos de la banalidad, tenemos la obligación de buscar nuevos espacios para dar salida a nuestro trabajo)
El papel de víctima hay que jugarlo circunstancialmente y por corto tiempo. De lo contrario hacemos carrera para mendigos.
Yo, que también he sentido soledad editorial al punto que ninguna ha me ha abierto sus puertas, no las culpo. Ellas son un negocio y como tal hay que aceptar, sin satanizaciones, que cuando una se monta es para que genere retorno a la inversión, riqueza, sostenibilidad y competitividad. ¿A cambio de qué? De ofrecer un servicio a la sociedad. Es bueno analizar porqué pequeñas editoriales se han quebrado. Sin duda porque ni anticiparon el cambio, ni se adaptaron a él.
Yo, por lo menos, me juzgo como un escritor que tengo que desarrollar otras habilidades que deben ser aplicadas en el mundo exterior, lejos de mi cuarto de estudio y de mi computadora. Hay que salir, relacionarse, ser capaz de interactuar con los que disentimos y buscar un provecho mutuo, en vez de quedarse llorando o vociferando en contra del mundo que no me entiende.
Las cosas son como son y no como uno quiere que sean. O nos adaptamos y le buscamos la comba al palo, o nos estancamos en el olvido.
Ahora bien, en el mundo de las libertades, quien quiera desgastar su energía lloriqueando la incomprensión del mundo, allá él. También esta en todo su derecho.

Hugo Luís Londoño Cuervo
http://hugoluislond onocuervo. es.tl/

martes, 22 de enero de 2008

MANIFIESTO DEL ESCRITOR WEB (manifiesto literario)

La vida pasa rápido y yo mañana podría estar muerto. No tengo tiempo para entrar en ese proceso "kafkiano" de buscar un editor para mi obra, más cuando casi todo lo que se publica es un tipo de literatura consumible, destinada a un lector poco exigente y alienado dentro de un sistema que sólo busca un beneficio económico. Está claro que a la industria editorial le dejó de interesar la buena literatura, en favor de un nuevo producto que bien podría semejarse, si se me permite la comparación, a una hamburguesa de McDonald´s. A eso lo quieren reducir todo: la "literatura chatarra" en pos del logro económico y a costa de un lector complaciente.

Y ya no son los contenidos sin fondo que tanto predominan, también es la forma que se ve asediada por un total desprecio, que se evidencia de manera ordinaria en todo el ámbito literario actual. Antes, por lo menos, se trataba de escribir con cierto estilo, por ejemplo, sin incurrir en reiteradas cacofonías, cuando ahora está de moda todo lo contrario, por ser tantos y tantos los autores que la practican sin ningún remordimiento, asimismo como los editores que la promueven. Ya nada importa, hay que vender de acuerdo a la gente que consume dichos sucedáneos, mientras que el arte de la literatura se degrada. Ahora los escritores cacofónicos, algunos de los cuales quieren hacer pasar como grandes maestros en su oficio, son los que abundan. Ya les digo: la vulgarización de la literatura, igual que "hamburguesas de McDonald´s".

El insulto a la inteligencia, por tanto, ya es parte de las políticas editoriales, cuando la "literatura chatarra" se amontona en las mesas de novedades y en los expositores de las librerías, como un producto consumible o como una lata de Coca-Cola en un refrigerador, para servir a ese lector complaciente que se leerá cualquier novela con una bonita foto en la portada. Algo sencillo de leer y que no haga pensar mucho, que se pueda vender fácil y rápido, especial para los alienados, literatura que vuele a ras de suelo para las mentes convencionales.

A esta lamentable situación tenemos que aunar, dentro de las estrategias al uso, la farsa de los premios literarios convocados por las grandes editoriales que, así mismo, funcionan bajo la sinergia arriba mencionada y como parte de un mecanismo de promoción comercial, donde las obras ganadoras, la mayoría de las veces, surgen de una negociación anterior y bajo determinados intereses que son ajenos a la competencia en sí, y que hacen del concurso una mera fachada de cartón piedra, un subterfugio y una burla hacia los incrédulos participantes que se convierten, con ese acto, en una simple comparsa para el fraude.

Y el problema de fondo, a fin de cuentas, es que la literatura se está alejando del arte para acercarse cada vez más a un producto consumista, en una apreciación general hacia la baja que la desvirtúa y la despoja de sus valores históricos, para ser mostrada desde una nueva perspectiva que se transforma en ejemplo para las futuras generaciones. Cuando se habla de crisis en el sector editorial se hace desde la visión exclusiva de los beneficios, cuando la verdadera crisis está en la calidad de contenidos. Este ejemplo nos permite apreciar la verdadera dimensión del problema: la literatura está siendo abandonada por aquéllos que deberían ser sus valedores, con el fin único de obtener un buen resultado comercial y con la excusa de la propia subsistencia de la actividad editorial.

Por estas razones, y ante el desdén de una industria editorial que desprecia la literatura como arte, los narradores, que no practicamos las formas y contenidos de la banalidad, tenemos la obligación de buscar nuevos espacios para dar salida a nuestro trabajo. En este punto, y gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, que convergen en una red donde fluye y se comparte de manera libre la información, es donde el escritor puede ir en busca de un nuevo tipo de lectores: los lectores del futuro. El Internet, entonces, se convierte en un salvavidas momentáneo para aquellos creadores que apostaron por el arte y la literatura, teniendo en cuenta, sin embargo, que son muy pocos los que asumen el riesgo de regalar su trabajo y de ser algo más que comentaristas ocurrentes, o dedicarse a la comicidad, lo que a la postre arroja una panorámica desalentadora en referencia a los contenidos y ahuyenta el interés de la crítica y la prensa escrita para tratar las obras literarias que se generan bajo tales circunstancias.

Como se ve, son algunos los riesgos y muchas las incertidumbres, pero cuando no hay otra salida, cuando no hay nada que perder, porque ya estaba de antemano todo perdido, no se puede dudar ni pensar en la derrota; entonces, el salto al vacío es inevitable, es una cuestión de honestidad, de creer en lo que haces y saber que no eres menos que nadie, porque, a fin de cuentas, eres un artista y eso es lo importante.

Yo, desde luego, prefiero regalar mi obra por Internet antes que ser derrotado por la ceguera y la ineptitud de unos cuantos, y aquí estoy, sentado frente a una Sony Vaio del 98, comprada de segunda mano, retando a todo el medio editorial (agentes literarios, editores y críticos), para que sepan que soy el escritor más underground del mundo por el simple valor de mis declaraciones, la determinación, y por el hecho de ser un artista que escribe desde la adversidad y que es consciente de que dar a la luz pública este manifiesto es el último acto romántico de la literatura, en espera de aquellos editores que apostaban por el arte.

Hoy el ejercicio literario es más libre que nunca, también su difusión, y el "escritor web", que está impregnado de futuro, nace para cambiar un medio que por momentos necesita aires de renovación. Las editoriales ya dejaron de ser un filtro fiable respecto a la calidad de contenidos y el libro impreso en papel se ve amenazado por las nuevas tecnologías digitales, de tal modo que los escritores, en un futuro cercano, no necesitarán de intermediarios para dar a conocer su trabajo, que se hará a través de Internet y a cambio de una donación económica, de parte de los lectores, y por algún sistema de comercio electrónico, tipo PayPal o similar.

Tú que escribes bien, deja de mirarte al ombligo; ¿crees que tienes un tesoro que nadie leerá?; son millones los lectores que te esperan; ahora puedes ser un pionero de la literatura digital, de escribir una página en la historia; ya el paso del tiempo juzgará a cada cual según la calidad de su trabajo; no tengas miedo de formar parte del futuro y, sobre todo, no dejes que nadie pisotee el sueño de tu vida.

Dentro de poco, les aseguro, grandes escritores surgirán por Internet.


Firmado: Pablo Paniagua, a 15 de diciembre del 2007 (publicado el 16 de enero del 2008).
http://www.escritor web.blogspot. com/

sábado, 19 de enero de 2008

Mujeres en tránsito

Serie: ESCENAS DE CIUDAD

Ciudad Escenario: Medellín, Colombia





Primera Escena



Aleida es una costeña de racamandaca.

Liberal y liberada, aprendió desde niña a ignorar chismes y rumores.

A sus cuarenta y tantos conserva un cuerpo que cualquier adolescente sueña.

Se maquilla acentuando su nariz y sus pómulos y su labial es de tonos rojos, rosas o violetas, lo que resalta su personalidad apasionada.

Camina con contoneo de mujer coqueta y siempre culiparada.

Habla con voz pausada y oblitera su acento con expresiones muy paisas.

De su exmarido le quedó su posición social y el recuerdo de un gélido desempeño sexual que nunca equiparó su naturaleza volcánica.

Ahora busca hombres apasionados, preferiblemente divorciados y maduros.

Cayó en las garras de Felipe, un adolescente de 47 años, típico depredador sexual que vive su segunda adolescencia brincando de cama en cama y de década en década.

Él le propuso que fueran una pareja abierta y ella aceptó con la ilusión de enamorarlo con sus encantos y hacerlo cambiar de opinión.

Ella en el fondo sabía que él nunca iba a renunciar a su harén ni a sus ansias de reafirmar aquello de que "entre más canas, más ganas".

Él se la gozó y agregó algunos capítulos a su diario de Casanova. Ella se empezó a enamorar y se alejó para no terminar siendo otro pedazo de carne.

Ahora la podés ver en los casinos o en las más exclusivas boutiques de los centros comerciales, en tránsito hacia un hombre maduro y serio que quizás sólo exista en su utopía de mujer ardiente.





Segunda Escena



Cristina es la típica mujer escurridora que te divierte con su cinismo y desfachatez.

Tiene un principio de realidad tan fuerte que te quedás preguntándote si es una armadura o simplemente un signo de una personalidad realista y equilibrada.

Siempre tuvo claro que entre soltera y solterona había muchos hombres de diferencia.

Por eso guardó debajo de la cama la decencia y se empezó a poner minifaldas a los catorce para irse a bailar y brinconear en las chiquitecas de su barrio.

Habla de su primera vez como si fuera un muchacho que presume de ello y saborea cada palabra cuando nos dice medio murmurando: "y me hizo venir!".

Cambió al hombre de sus sueños por el barrigón de sus pesadillas.

Hoy le apuesta a que su esposo se aburra de sus costosos antojos o de sus infidelidades.

Mala suerte. El tipo está más encoñado que soldado de sirvienta tetona.

Ella no lo quiere pero lo disfruta y lo escurre, literalmente, porque dice que su gordo no solamente le encontró el punto G sino que ya hasta le exploró el paralelo Z.

Empero, Cristina también saborea cuanto ejecutivo desparchado encuentra en los bares de los hoteles de cinco estrellas, en tránsito hacia una galaxia repleta de hombres ricos y ganosos.



Tercera escena



Eliana se cansó de esperar a "Mister Right" y empezó a conformarse con "Mister Right Now!".

El príncipe azul se le volvió viejo verde y canjeó las zapatillas de cristal por unas buenas prótesis mamarias que la hacen sentir como toda una reina.

Ha estado en todos los grupos de "solos y solas" y ha chateado con toda clase de pervertidos. Hasta se fue a Bogotá un fin de semana para conocer a un ciber-amante que, según ella, le resultó "tamal sin carne" y la dejó iniciada.

Es promiscua por naturaleza y selectiva por recomendación de sus amigas.

Mira a los hombres de pies a cabeza y a todos les hace la ecuación de la colegiala.

Jamás sale a la calle sin maquillarse ni se pone chaquetas o sacos por mucho frío que haga afuera. Arguye que opacarían su "pechonalidad" .

Intenta posar de intelectual y termina posando con una flexibilidad memorable.

Le encanta jugar a la botella y asegura que nadie baila como ella.

Sigue apostándole a los gringos ilusos que vienen por estos lados buscando esposa bajo la premisa de que las latinas son hacendosas y casi tan sumisas como las asiáticas.

Se ha apuntado a mil cursos de francés que nunca aprendió pero se empezó a sentir francófona cuando memorizó la frase "voulez vous coucher avec moi?".

Se pavonea por los sitios más exclusivos en su Volkswagen último modelo, en tránsito hacia una autopista donde lluevan hombres todo terreno y el límite de velocidad sean sus combustibles ganas.





© 2007, Malcolm Peñaranda.

miércoles, 16 de enero de 2008

A PRUEBA

http://jesusalejandrogodoy.blogspot.com

Autor: © JESÚS ALEJANDRO GODOY

Escucha, nunca sabes, si dirán las palabras justas que estabas esperando.

Abre, nunca sabes, si era la persona que siempre soñaste.

Despierta, nunca sabes, si ese día cambiará el resto de tu vida.

Habla, nunca sabes, si tus palabras despertarán sentimientos en personas insospechadas.

Cambia, nunca sabes, si el nuevo camino te traerá nuevas alegrías.

Analiza, nunca sabes, si la situación que te acongoja, está disfrazada de oportunidad.

Arriesga, nunca sabes, si tus movimientos audaces, serán el comienzo de una cadena de éxitos notables.

Camina, nunca sabes, si tus huellas, serán el camino que sigan aquellos que confían en Ti.

Perdona, nunca sabes, si las ofensas son en realidad pruebas que te ayudan a crecer.

Estimula, nunca sabes, si tus acciones generarán acontecimientos a tu favor.

Agradece, nunca sabes, si lo bueno o lo malo que te sucede, es ni más ni menos que la señal de que el Buen Dios, te está poniendo a prueba.

Contacto: jesus_alejandro_godoy4@yahoo.com.ar
http://jesusalejandrogodoy.blogspot.com

Autor: © JESÚS ALEJANDRO GODOY

martes, 15 de enero de 2008

la meta de uno: ser escritor ?

en forma de soneto

no enlazo palabras facilmente
debo ser una persona dramatica
si ante la ausencia de gramatica
debo exprimir el jugo a mi mente

no he hecho una gran carrera
pues me niego a rendirme
y lucho para salir indemne
de la estupidez de la barrera

no he leido para nada los objetivos
solamente veia mis propios motivos
para mi pluma hacer correr

no debo ser un gran escritor o poeta
aprendi cuando lei la ultima meta
ellos saben escribir sin manifestar ideas

en forma de prosa, texto libre

Es verdad que no hace mucho que me animo a firmar como escritor
y es tambien verdad que nadie me dio la autorizacion para hacerlo,
solamente lo hice por una profunda sensacion de que soy libre, manifiesto
lo que pienso, combato por lo que siento y en especial no temo a nadie.

Es verdad tambien que a pesar de tener toda una vida la autorizacion
de firmar como contador no suelo hacerlo pues precisamente creo que
me averguenzo de las limitaciones que impone el titulo y que en gran medida
no son mas que falsas imagenes hechas para defender un gremio ya que en
la practica han dado lugar a joder a muchas muchas personas. Para mi siempre
fue un halago que me digan : Contador? , no te pareces para nada!!!

Y si digo que soy contador es para facilitar a las personas a ubicarme en un
marco mas o menos definible pues decir escritor enseguida me preguntaran
y vivis de eso??? pues le es dificil comprender a la gente comun que ser escritor
no es una profesion, es una forma de vida.

Esa es mi interpretacion de ser escritor y muchas veces me impresiono que los mismos
escritores no lo ven asi, se ven como profesionales de las letras. Es verdad que tecnicamente
suelen enlazar letras, silabas, sonidos e imagenes literarias que despiertan envidia, pero en la
misma medida un atento lector aprecia lo extraordinario de la tecnica y la falta de sentimiento.

Obviamente que envidio a los que saben enlazar como finos collares las letras y palabras,
pues facilitaria en mucho el mensaje que quiero transmitir. Y el mensaje que quiero transmitir
es que tenemos ideas y las tenemos que propagar y en la misma medida intentar limitar la
propagacion de otras ideas que a nuestros ojos son erroneas o incluso malditas.

Mis ideas son muy sencillas y estan relacionadas con las cosas de todos los dias, como respeto
de las ideas de los demas, amistad, compañerismo, lealtad, bienestar, amor, sexo, deseos y fantasias
Lucho claro contra la falsedad, la manipulacion, el racismo y las payasadas de las figuras publicas.

Ser escritor es una forma de vida, tal como la interpreto yo, por eso se encontraran tantas personas
que escriben para si y no publican lo que escriben, algunos lo pondran en algun moderno blog.
Yo personalmente encontre que participar en los grupos literarios me es agradable, me permite aprender,
me permite desarrollar relaciones de amistad. Soy una persona normativa y por lo general respeto la leyes
existentes. que por lo general son mis naturales leyes de respeto por los demas.

Confieso que esta cuestion hoy me tuvo despierto, no se bien porque, pero ahora que termine de escribir estas
lineas me voy a dormir otro rato
.
yossi may 14-01-2007

A Una Urna Griega, de John Keats, a Percy Shelley en su temprana muerte. OP

A una urna griega
de John Keats

Tú, todavía virgen esposa de la calma,
criatura nutrida de silencio y de tiempo,
narradora del bosque que nos cuentas
una florida historia más suave que estos versos.
En el foliado friso ¿qué leyenda te ronda
de dioses o mortales, o de ambos quizá,
que en el Tempe se ven o en los valles de Arcadia?
¿Qué deidades son ésas, o qué hombres? ¿Qué doncellas rebeldes?
¿Qué rapto delirante? ¿Y esa loca carrera? ¿Quién lucha por huir?
¿Qué son esas zampoñas, qué esos tamboriles, ese salvaje frenesí?

Si oídas melodías son dulces, más lo son las no oídas;
sonad por eso, tiernas zampoñas,
no para los sentidos, sino más exquisitas,
tocad para el espíritu canciones silenciosas.
Bello doncel, debajo de los árboles tu canto
ya no puedes cesar, como no pueden ellos deshojarse.
Osado amante, nunca, nunca podrás besarla
aunque casi la alcances, mas no te desesperes:
marchitarse no puede aunque no calmes tu ansia,
¡serás su amante siempre, y ella por siempre bella!

¡Dichosas, ah, dichosas ramas de hojas perennes
que no despedirán jamás la primavera!
Y tú, dichoso músico, que infatigable
modulas incesantes tus cantos siempre nuevos.
¡Dichoso amor! ¡Dichoso amor, aun más dichoso!
Por siempre ardiente y jamás saciado,
anhelante por siempre y para siempre joven;
cuán superior a la pasión del hombre
que en pena deja el corazón hastiado,
la garganta y la frente abrasadas de ardores.

¿Éstos, quiénes serán que al sacrificio acuden?
¿Hasta qué verde altar, misterioso oficiante,
llevas esa ternera que hacia los cielos muge,
los suaves flancos cubiertos de guirnaldas?
¿Qué pequeña ciudad a la vera del río o de la mar,
alzada en la montaña su clama ciudadela
vacía está de gentes esta sacra mañana?
Oh diminuto pueblo, por siempre silenciosas
tus calles quedarán, y ni un alma que sepa
por qué estás desolado podrá nunca volver.

¡Ática imagen! ¡Bella actitud, marmórea estirpe
de hombres y de doncellas cincelada,
con ramas de floresta y pisoteadas hierbas!
¡Tú, silenciosa forma, tu enigma nuestro pensar excede
como la Eternidad! ¡Oh fría Pastoral!
Cuando a nuestra generación destruya el tiempo
tú permanecerás, entre penas distintas
de las nuestras, amiga de los hombres, diciendo:
«La belleza es verdad y la verdad belleza»... Nada más
se sabe en esta tierra y no más hace falta.

- Sin embargo - luego de cremar los restos del dulce Percy, morirá
tempranamente Byron y a este le sucederá amargamente Keats. Ese será el
camino de los romanticos que no aceptará Goethe: el Alemania la manía es aún
mayor : Lenau, Kleist, Holderlin y otrosse suicidan o mueren encerrados en
la camiza de nezo de la locura, mientras en Italia , el gran Leopardi se
disuelve en la pasión de "saudades" propia de de aquellla generación.

En America José Asunción silva y Larra en españa siguen el mismo cámino.

No hay nada nuevo bajo el sol. ¿ O si ?

OSCAR PORTELA

domingo, 13 de enero de 2008

NOCHEDAD

<<…Y te amo como se ama a un pajarito muerto…>>

M. Bandeira

Cómo inventar la pausa, el diptongo que no lastime la garganta y el
desoncuelo de un ala que lánguida ha perdido la noción de la
distancia en las bodas de las algas, golpeando cúpula en la piedra,
que espera la ensordecida mudez de la revancha.

Se estancia la soledad como la tecla del piano que negra, negra, en
negra se ha quedado resistiendo en la hendija desvencijada por tanto
tacto.

Escucho al coro de ángeles fuliginosos, las promesas rompen lloviznas
sobre la grava, me mojo hasta encallar a los huesos en la memoria,
algo se vende dentro mío y me vence, tiemblo un dulzor antiguo, los
recuerdos se parapetan entre retentiva y desamparo y la sed riega los
campos áridos donde los labios jamás volverán a posar el nido dónde
tu tacto; phostumus se levanta al pliegue del sueño, nada ha
cambiado, la arquitectura de las viejas casas son azuzadas por el
céfiro alborado, estanca voy de otoño cruel donde se me volaron todas
las hojas, las tapas del cuaderno víctimas han quedado sin conjunto y
el lapicero de clavo grafito ya no talla la remembranza, aún así
sonrío en la gloria del vendaval que castra la soledad del vacío y
me caigo en el bostezo impronunciable, no puedo planear un jadeo de
marcha cuando me han acortado todos los caminos irreparables, la
barca es tempestad de silencio y el cielo se rompe pesado de
preguntas, grito hasta quebrar a la voz, la jaula del pecho es
pesebre de orfandad. ¿Naceré a un nuevo concepto de pobreza y
misterio?

Cuánto callejón metiéndose al polvo de mis ojos, cuánta niñez
desamparada, cuánto juego escondido en el dobladillo de la
ingenuidad, no hay cabañas ni tíos Toms violando las siestas, las
higueras y sus sombras, el corcel escapa de las correrías de todos
los sueños y la fantasía se viste de duelo, rasgo los visillos de la
nada para contemplar la naturaleza muerta, un solo trago salobre
acusa el mercurio de la sangre y en ella evidencio el peso de mis
ganas, me hundo espaciosamente entre paredón y entelequia, finas
hebras tejen el arcabuz de mi suerte, disparada donde el ataúd es
cuna del compromiso en el que velas el triste destino, ya me sabias
desde entonces cuando me inventaste a cuenta de tu acaso, tan avizor
agudizaste el ojo de lupanar donde no cabía mi trato por el tuyo,
donde fuiste vos y vos primero, supinos contra terneros, tierna
mantequilla resbalando en esta suerte de incertidumbre.

En este colofón de resentimiento, si hubiese imaginado que todo lo
creíble era posible en el arbitraje del pacto tácito donde el amor es
un país visitable…

En el exilio de estas horas, comprendo que una carretera de una sola
mano no encontrará el camino de regreso.

Voy sosteniendo el revés de mi espalda para no desaparecerme en un
túnel de imposible, me aferro a la mano de la postrer voluntad, al
empuje de lo asequible y rezo en el leporino intento una plegaria
partida, a cuenta de no perder toda la fe para no sucumbir en el filo
exacto donde pensé dibujar al jazmín de fragancia enervante junto a
la oveja dócil para nuestro tiempo de alianza pero a cambio se traza
perspectivo y acusador el carrusel donde giras y giras la palabra del
amor con el hollín de tu tiranía cuando se tizna el brote donde me
anuncias pajarita muerta y yo muerta me crezco y voy encandilando la
existencia aturdida.

No puedo ver tanto misterio insatisfecho, perdóname la Vida, llévame
al depósito donde la muerte ahoga intermitente al susurro del
epitafio en el agitado mar de alas entregadas cuando me recuerdas
eternamente: Donde nunca fuiste te he querido, enamorada.

Fanny G. Jaretón

jueves, 10 de enero de 2008

He vuelto de un sueño

Hoy estuve viendo el ajedrez de dos torcazas
con sus pinceles de amor.
Se hacían rostros invencibles con sus picos en el plumaje gris.
Caladas de ternuras
sus torsos hermosos llovían alegrías, llevaban en el pecho
el espejo de la tarde azul.
Sus cuatro ojos se cruzaron infinitamente
edificaban el puente
con el que mantuvieron un estrecho hilo,
un acueducto para un solo río, un cauce para un solo eco.
Hicieron nidos guturales con el crepúsculo a cuestas,
sus vocales reposaban en sus curvos gestos
como sus vuelos
nadaban frente a mi, con piruetas practicadas al ritmo del viento.
Un armonioso ballet de dos voces
y un entendimiento dionisíaco lo acompañaba.

El mar quieto, al fondo edificaba el horizonte
perdido, sujetado por sí solo, y un sueño
iba fatigado levantando entusiasmo
sobrevolando las jaulas
y viendo caer las horas rotas, deshojarse en la armonía
de las torcazas que se acariciaban en su juego de ajedrez.
En sus almas se predicaba amor
un amor contagioso como la tarde aguijoneada por el naranja
crepuscular
y un azul indeleble para el sueño
y sus palabras calladas,
indecibles
zurcido por el tiempo.

Hoy las extraño en su ballet luminoso.
En su imagen, más me ahínco en la pureza de haber vivido frente a
ellas
Y estar frente a un mar disuelto por lo quieto que se sujeta por lo
lejano
de su horizonte perdido,
con el cual me voy rehaciendo el sueño,
la nostalgia del cuerpo.

Luis Gilberto Caraballo 2008

El idiota y la pared.

Hoy las latitudes se detienen en esta pared, es entonces que la veo detenidamente para ver sí me encuentro con un futuro, su estructura grisácea no me habla de ideas, esta aquí toda inmóvil y le digo: –el futuro me espera con palabras pared, déjame pasar-, pero no hay respuesta. Pongo mi cabeza en el piso y toco, busco algún resquicio, le soplo…no pasa nada, mis manos recorren sus grietas, y las señales del tiempo oxidan mi franqueza inmóvil.

Es que tomo un lápiz a partir de esta avidez y pinto una puerta en la pared, escribo -ahora-, en la parte de arriba. Escucho un portón cerrarse y sale un tipo malencarado, adusto en los movimientos, calvo, cara afilada, ojeras encañonadas y rabia de entre los dientes, me dice: – ¿que hace hijo de mil putas?-. Me acerco a unos cuantos centímetros de su calva cabeza: –el futuro me espera e hice una puerta, esta pared no me dejaba pasar-. Pone su mano inquisidora sobre mi hombro: – ¡idiota! tantas calles para ir adónde quiera y usted escoge mi pared. Me tendrá que pagar por los daños causados-.

De mi bolsa saco un papel escribo –futuro-, se lo doy al señor: -el futuro ya esta escrito como podrá ver, y no necesito de calles para alcanzarlo, necesito de palabras y puertas, me encontré con esta pared y la necesitaba para pasar al otro lado, es por eso que pinte una puerta-. El señor se rasca la cabeza y se frota el mentón buscando alguna frecuencia que le haga comprender y dice: –pero sí es una pared y no ve, con tan solo pintarla no pasará, imbécil-.

Pienso…: - eso fue antes de que usted llegará, el futuro lo estaba alcanzando pintando y escribiendo, no necesitaba de más; pero podré decirle que ya pasé al otro lado gracias a usted, que también es pared-.

Se queda callado, escribo en medio de la puerta -alcanzar- y empiezo a caminar. Él se sienta en el piso y se queda con el papel en dónde esta escrita la palabra futuro, ya lo alcanzó.

Me limpio del momento, sé que hay más paredes de frente en el futuro y tengo que pasarlas para seguir escribiendo.


Andrés Villela Elizondo

lunes, 7 de enero de 2008

A partir de una frase

de George Bernard Shaw
Cuando leas una biografía, ten presente que la verdad nunca es publicable.



Una pequeña frase de un gran escritor es para mi una tormenta, un huracan , un terremoto.
Segun el, seguramente debe ser verdad que jamas pueda escribir la verdad, la verdad absoluta, por lo menos la verdad mia.

Intuitivamente parece que lo se, pues mas de una vez me dije e incluso lo he dicho en publico
y o publicado en el internet que cuando llegue a los 75 años de edad podre lanzar ciertos cuentos al aire que supuestamente seran la verdad absoluta de un monton de cosas que pienso o que creo sucedieron y en el caso que sucedieron a otros podre poner sus nombres. El riesgo de que me demanden es minimo y si me demandan los juicios llevan tanto tiempo que asi tengre en algo en que ocuparme cuando ya este viejo. Jamas he tomado en cuenta que yo o algunos de los que tomaran parte ya no estamos en vida a mis 75 años de edad.

Cosa incomprensible es que yo traduzco la cuestion de publicar algo como si automaticamente se debe convertir en una demanda. Como si fuese testigo de un asesinato y que cuando yo escriba el criminal asesino ira finalmente a la carcel. O el cuento ese del padofila, que definitivamente no paso nada. El ya no debe vivir y si viviria que???? Esta lleno de ellos, hay que mirarle los ojos, los labios para descubrirlos.

Tampoco cosas de todos los dias que tengo para comentar son tan tragicas que desarrollen alguna demanda judicial por perjurio o algo asi. No creo que pase a mayores si yo escribo de algun pequeño desfalco que fui testigo , pasivo por supuesto, bueno, ven no se puede contar la verdad, si, si confieso activo y no tan testigo sino responsable directo. Al juez le dire que fue un acto inconciente y que no estaba en mis cabales.

Los maridos de mis amigas no se daran por aludidos y no creo me demanden, que derecho tienen? es una pregunta que debera hacer mi abogado. Si las amigas no tienen ningun derecho legal de demandarme seguro los maridos no podran hacer nada para guardar su buen nombre (el de ellos por supuesto), si es que en algo afecta.
Las amigas al fin y al cabo podran confesar en publico, gracias que me hiciste sentir tan bien tanto tiempo.

Si comence con el Sr Shaw, puedo finalizar con el Sr. Battaglia que escribio estos dias:
(solo traigo el comienzo y el final de su epistola)
Ante la creciente cantidad de opiniones sobre la literatura relacionada con la historia y el destino de la humanidad, deseo dar mi opinión. ............ ......... ..
............ ........
La literatura no salva al mundo pero creo que sí el mundo debe proponerse salvar a la literatura, ya que un mundo sin literatura sería muy triste

Conviene guardar las proporciones de las cosas, 2 Chantas como Barak y Netaniahu hicieron
mas plata de sus conferencias que todos los escritores que yo conozco. Confieso, nadie
habla de los numeros. Cuanto le pagan por un conferencia a Saramago por ejemplo? o
Vargas LLosa, que anduvo en politica.?

Entonces yo solo puedo decir que escribo porque me gusta, como otro pinta, otro escribe
toca musica, baila balet o no hace nada. A mi tambien me gusta que me lean y me comenten
y a otros no.

Gracias por leer y comentar estas lineas

Yossi May 6.1.2008

viernes, 4 de enero de 2008

RÉQUIEM

poema de Oscar Portela

Como Tiberio frente al mar azul, como Tiberio
al infinito tiempo de la espuma sin memorias ninguna,
como Tiberio el Dios atisbando sin ver,
más que el abismo del pasado y sentir vagamente
las incendiadas gemas arder en su corazón de niño,
así, como Tiberio, como Tiberio el Dios,
frente al inabarcable órgano del océano
siento subir en mí, contemplando como Tiberio
el elíptico vuelo de las aves,
el horror del pasado, el pánico quebrándose
sobre mi corazón, el quiasmo de lo no sucedido,
hundido como Tiberio, el Dios, entre tinieblas,
con las ardidas naves del verbo proferido por el deseo
del otro que fui, o de los Otros que hablaban
en nosotros, el infinito misterio del pasado.

Larga ha sido nuestra búsqueda, finitos pero intrincados
los pasadizos en los que buscábamos el orden
perdido, el vuelo de los Ángeles, las voces que dictaban
y exultantes ardían en nuestros corazones
enjaezados de lunas y de estrellas, de promesas
burladas por la voluntad de alzarce con el todo del mundo.

Pero heme aquí sin palabras, como Tiberio, el Dios,
pálido en la certidumbre de ser solo un espectro,
una pálida huella en las danzas de la memoria
del devenir del mundo, por los Dioses burlado,
mirando ahora, sin ver más que el Ocaso de los soles
que amara, como Tiberio, como Tiberio el Dios,
yo Dios, ahora deseando la desmemoria sin sexo
de los cerrados ojos de una magnolia,
sobre un cuerpo ya anciano que no pronunciará
jamás las ordenes de vida o muerte.

Como Tiberio,como Tiberio el Dios, desterrado en si mismo
frente al mar, bordando el réquiem de lo no sucedido,
pidiendo al Ángel de la gracia de los piadosos
espíritus, que aparten del insomnio toda muerta memoria.

Como yo, como Tiberio el Dios, así, en mitad del leteo,
ahora me preparo para llevar conmigo
la vacilante nada de los Dias, los espejismos
de las Islas Perdidas, -todo lo que un nombre firmara -,
en nombre de unos ojos, unas trémulas manos
de amante y de asesino, unos labios sedientos
de venenos, que ahora cantan la canción del vacío,
las lagrimas de Eros desterrado -el baño de Diana-
y Acteón destrozado, como Tiberio, ya invisible
a la jauría de perros, solo azotado por el lamento
del viento arremejido contra los acantilados de Capri,
allí donde Tiberio, el niño Dios, el anciano demente,
espera la última traición, que un inmortal soporta.

El brillo que la noche vanamente quiere ocultar al mar,
( - el único vigía, el último testigo del infierno
que despectivamente baja hasta los féretros...).

EL AMOR DEL VIAJERO

Las estrellas eran testigos a lo lejos,
estreche sus labios con los míos,
la serena noche, se iluminó
con el fuego de nuestra pasión,
toda aquella noche era perfecta
o al menos lo parecía,
percibía que no era una noche mas,
largas se hacían a la orilla del mar,
pero junto a ella pasó rápido,
no fue un sueño, no fue un sueño,
o al menos no parecía,
nos dormimos sobre el pastizal,
abrazados como las raíces se adhieren a la tierra,
arriba, el cielo nos miraba celosamente
y el mar era la música nupcial,
cerré los ojos y, prometí amarla eternamente,
después de esa noche no me importaba
no abrir mas los ojos, podía morirme en paz,
por la mañana cuando el sol sigilosamente
me despertó en silencio,
estaba ahí, tendida como una nube en el azul,
su respiración era tan suave como la brisa
del crepúsculo amanecer,
la deje ahí, con las amapolas revoloteando
sobre su delicado cuerpo de miel,
no me anime a despertarla,
monte mi caballo y hacia el sur partí,
siguiendo la huella de mi vida sin fin,
he querido repetir esta imborrable historia
desde que la encontré y la dejé,
yo, que de moza en moza, viajo,
en cuanto pueblo estoy,
trato de reemplazarla,
pero todas ellas, no huelen como ella,
parece ser inútil, aún no he encontrado
una princesa como ella,
y aunque busque y busque,
no creo encontrarla jamas.

Claudio Benery

jueves, 3 de enero de 2008

EL MALO

Autor:© Jesús Alejandro Godoy

Había un hombre que era malo.

No era malo por que no compartía sus cosas.

Era malo por que todos decían que no compartía lo mejor que tenía.

Era malo por que a todos les había dado sus posesiones, pero no la voluntad de obtenerlas.

Era malo por que a todos les había otorgado su tiempo, pero no las vivencias que se encerraba en él.

Era malo, por que a todos les había regalado el arte que hacía con sus manos, pero no les había dado el don que poseía.

Era malo por que les había otorgado los castillos que había construido piedra por piedra, pero no, el conocimiento para erigirlos.

Era malo por que les había regalado varias fotografías donde se lo veía en todas las partes del mundo por donde había viajado, pero no les había dado la pasión por hacer cosas.

Era malo, por que les había mostrado a uno y a varios maestros sabios, pero no les había dado la comprensión para llegar a sus palabras.

Era malo, por que les había regalado sus inventos, pero no la curiosidad para generar nuevos sueños.

Era malo, por que les había regalado la forma de morir en paz, pero no les había explicado como hacerlo.


Un día conocí a un hombre que era malo.

En su tumba dejé una rosa y hablé con él.

Y supe por qué era malo.

Por que en silencio y luego de visitarlo miles de veces, me había regalado el secreto de la inmortalidad; pero no me había dado, la forma de llegar a ella.

http://jesusalejandrogodoy.blogspot .com

Antipoema

Somos cachorros de León
Somos cachorros de león
disputándose las sobras
que abandonan los satisfechos poderosos.
Bajo la indiferente mirada
del felino real y su consorte
peleamos entre nosotros sin piedad,
hundimos nuestro rostro en el fango
con desesperación y avidez.
En este mundo actual
el hombre devora al hombre
-capitalismo si lo hay-.
Sólo unos pocos consiguen
ocupar el lugar del león
-ley de Darwin en plena ejecución-
y desde su trono ordenan
a sus súbditos cazar
(comiendo ellos antes que todos).
Los indefensos, los numerosos,
somos nosotros los cachorros.
¿Cuánta evolución hará falta
para tornarnos hienas?

Liliana Varela2007