sábado, 13 de diciembre de 2008

Estaba hablando por teléfono ...


Estaba hablando por teléfono cuando sonó el timbre de la puerta. Me sobresalté un poco pues no esperaba a nadie. Me despedí rápidamente y fui a mirar por el ojito mágico a ver quien llegaba a casa a esas horas tan inesperadas. Al verte, mi corazón latió desbocado, mi mente se llenó de recuerdos en milésimas de segundos, eras tu. Tu, el ser que me llevó de la mas inmensa felicidad a las mas profundas sendas del dolor.
Que haces aquí? que buscas? a que viniste? Eran como refucilos en mi mente las preguntas. De pronto recobré el habla y te hice pasar. No tengo nada para decir, nada que preguntar, el día se volvió noche, ya no escucho el canto de los pájaros, la risa se congeló en mis labios, tu presencia lo llena todo, el vacío dejado se derrama por la habitación y estas tu . Mientras... veía esos ojos que tan bien conozco, observo esa risa nerviosa que por años palpé, miro mis manos temblorosas, me las aprieto para que no veas mi desolación, mi angustia, mi dolor aun candente. Y que hiciste del amor que me juraste? solo atinaba a mirarte y esa pregunta en mi mente revoloteaba cual mariposa, se perdía, divagaba, volaba en aras de un ayer que se había ido.
Si... aun recuerdo aquel día y lo que te dije al despedirnos. El tiempo me dará la razón. Así ha sido.

Maria Elena Solano
Nov 3 de 2.008 Israel

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