viernes, 25 de abril de 2008

Corrientes en perspectiva



No, no es la misma. Corrientes de madrugada ya no es la misma. No queda metafísica en los escombros, sólo miseria y podredumbre. Estoy casi sólo. Los pocos que hay se apuran por llegar a quién sabe dónde, pero no aquí, caminan rápido por el cordón, lejos de las paredes, de las puertas oscuras. Yo, hace taitantos años, deambulaba, andábamos Corrientes, la luna y yo Cada tanto algún otro navegante solitario, de vuelta hasta la próxima semana. Corrientes brillaba ¿Un nuevo Renacimiento? Con una café y una mina adelante, cualquiera era Leonardo.

Los pasos suenan con ecos tristes.

Corrientes está sola. Yo voy solo.

Recordamos.. .



¡Qué fácil resultaba, el humanismo! Regábamos utopías en mesas desbordantes de cafés, cigarrillos y futuros al alcance de los sueños del más locuaz. Hermanos en el arte, la fantasía, la Tierra Madre, la juventud, el tiempo ocioso, la credulidad.

No. No estoy sólo. Hay más vida en las calles. Las termitas, las jaurías, los suicidas, medrando en los escombros. Porque ya no se construye un futuro, se persigue un ya que dure hasta la paz del sol. Revolviendo basuras, comprobando puertas, pirateando la miseria de un miserable desprevenido, que pierde su ya. O sea yo. Me dejaron vacío, me tajearon, me patearon. Tres, cuatro subhumanos, ojos vidriosos, cerebro quemado. Nada personal, con su rencor de rata perseguida y su pegamento, se odia al mundo.



Torres fantasmales emergiendo de las entrañas de la tierra,
hieráticas almenas vigilando las fronteras de los sueños,
fantasmas grises sobre el gris del cielo
pobladores de una tumba vigilante
mirando el entierro diario de los sueños,



¿Qué queda de Corrientes, luna? Tirado en el cordón, me digo: no te dejan vivir, sólo chapotear entre la mierda. Inhalar. Exhalar. Eso es vivir. Concentrate en eso, no pierdas tiempo en la esperanza. Hacete depredador, buscá la presa, comer, inhalar, exhalar, esconder los restos, eso es el mañana.

¿Eso es vivir? ¿La certeza de que no hay otra salida? Inhalar, exhalar, hasta tu suspiro final. Zoroastro contempla atónito al insecto planetario. Murió Dios, llegó el gusano. ¿Trascender en el Otro? No pierdas el control. Exhalá.

—Puta. Ni los cigarrillos. Ni respirar se puede —Yo a los gritos en un médano pavimentado de esta Corrientes— Qué fácil que es llenarse de odio, detestar al universo, querer matar al Otro, cualquiera.. .

—No se gaste, Don. Respire hondo —el chico, bolsa de consorcio al hombro, me convida un cigarrillo—. No, suyos no son, se los saqué a ese —dice, señalando un zaguán oscuro. Me enciende el cigarrillo—. La sacó barata. Yo lo vi tirado y vine a sacarle los zapatos, de onda, viejo. ¿Ve? Ya está mejor, cuestión de acostumbrarse, Ud. es nuevo, no lo tengo visto.

—No, Estaba paseando, me distraje, Iba para casa. Hace 40, 50 años vivía aquí, podría decirse. Tenía amigos, hacíamos planes...

—Yo, cuando pueda, me voy a hacer de un carrito. También tengo planes, vio. Me hace falta un socio, alguien piola, que no me choree.

Me sensibilizó la diferencia de perspectivas. Él tiene un horizonte, una mirada. Me vió, me convidó un cigarrillo. El Otro es posible para él. El chico puede tener una salida. Busqué darle una mano.

—Yo, fuera de estos escombros, tengo casa, negocio. Si me acompañás...

—Salí, huevón. ¿Me creés perejil? ¿Sos puto, vos, a eso venís a Corrientes? Hacé tu vida, pero no te me acerqués que te desangro —Navaja en mano, se fue retrocediendo hacia la oscuridad de la esquina y desapareció, él y su bolsa. Pobre pibe, ya está perdido. Le basta con respirar, me dije, mientras retomaba Corrientes hacia el bajo. Y así todos. Inhalar, exhalar, comer, comerse. Llorarle a la luna viuda de ilusiones.

Cruzo Cerrito. Un cartel me llama la atención.

El lugar de encuentro es el OBELISCO

Se reúnen Los Poetas, La Poesía, Las Musas y Tu Voz.

Motivo: Compartir y dar a conocer

Nuestra voz,

Nuestra poética

Nuestros sentimientos

Nuestros hechos.

LA CONVOCATORIA ESTA ABIERTA
¡Poetas!¡Sobreviven, como las cucarachas!¡No se van a morir nunca!¿Qué decís, Zoroastro? ¿Hay alguna esperanza? ¡Tienen voz, quieren compartir, che! Es para hoy, yo ya estoy jovato, inhalar/exhalar me cansa pero puedo esperar, en el pastito, al lado de Moisés. Capaz que, yo que sé, quien sabe, los oiga y me queden fuerzas para alguna utopía.

Carlos Adalberto Fernández


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