El tenía el placard vacío, comparado con el de su hermana. Un día muy enojado decidió que algo debía hacer para tener la misma atención que ella.
Así que al día siguiente muy de mañana se pintó los labios, las uñas y se arqueó las pestañas amarillas.
Desde aquel mismo momento se hizo llamar, luz ya que el llamarse lucio le quedaba mal con vestido con florcita.
Su padre terminó enloqueció y su madre quedo vegetando, mientras el/la, sigue esperando mientras su placard todo azul, sigue vacío igual que antes.
No es bueno codiciar los bienes ajenos….
Juan Ricardo Sagardía
SANTOAMOR
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