Long-ohni
En la cortada maleva
bajo un farol herrumbrado
por el tiempo que ha pasado
que es el tiempo de la espera
el Galante está apostado
esperando a su quimera.
La Elena Sancho, a un costado
lo mira con embeleso,
con ganas de darle el beso
por tanto tiempo guardado.
Elisa, flor de percanta,
bien sabe lo que es un rezo,
que el tango es igual que éso
que sale de su garganta
otea al taura con ganas
de llevárselo al bailongo
o a su bulín bien mistongo
para charlar de macanas.
Mas Carlitos sale al paso
mandándose la gambeta
pues si un otario lo reta
con hacerse del mangazo
seguro no se va al mazo
aunque se venga fulera.
La Longui mira de afuera
del gavión, su firulete
piensa un tango y no se mete
en la puja cañotera
que acaso si se entrevera
termina como el ojete.
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