Migdalia B. Mansilla R.
La Taberna estaba como es habitual, atestada de comensales a la hora de
almorzar. Llegué y como un milagro la mesa de siempre, la usual,
estaba vacía. Me senté, el mesonero vino a mi encuentro, trajo la
minuta, le pedí un trago, un Bloody Mary. Ya sabía lo que iba a
comer, -frecuento el lugar hoy, como lo frecuenté ayer,- un menú
llamado Miércoles.
Y era un miércoles del mes en curso, Julio de 2004.
Los recuerdos llegaron en tropel a mi mente, instintivamente busqué
el lugar en las paredes de la Taberna en donde los visitantes estampan
sus firmas, el sitio donde dejaste la tuya: y no lo encontré.
Me levanté, fui hasta la esquina, al pedazo de pared donde hasta hace
nada estaba tu nombre. Iba pensando ¡tantas cosas!, tuve que agudizar
mi vista, otros nombres, ahora en rojo, se leían sobre tu firma
diluída, perdida, etérea, escrita en negro y de la que sólo
quedaba una sombra...
(Una sombra,
una imagen fantasmal,
un sentir que nada fue cierto,
que sólo fui para ti:
una simple aventura que se te complicó.)
Tomé mi trago, comí con desgano, una lágrima furtiva rodó
sin poder detenerla, pagué y me fuí...
Hoy ya no estás y no estoy, hoy ya no somos, hoy sólo nos invade
el recuerdo del nada de ayer.
Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: al escuchar esta canción:
ARRÁNCAME LA VIDA
(Chico Novarro)
Arráncame la vida de un tirón
que el corazón, ya te lo he dado
apaga uno por uno sus latidos
pero no me lleves, al camino del olvido...
Arráncame la vida de un tirón
que mi razón, se fue contigo
oblígame a vivir, para tu amor
pero no me obligues, a decirte adiós.
Arráncame la vida de un tirón
que el corazón, ya te lo he dado
exhibe mi cariño ante la gente
pero no me quites, la alegría de tenerte...
Arráncame la vida de un tirón
que mi razón, se fue contigo
oblígame a vivir para tu amor
pero no me obligues, a decirte adiós
Julio 26 de 2004
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Migdalia B. Mansilla R.
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