miércoles, 19 de septiembre de 2007

PARA AMISTAR A UN GATO




Blanca Barojiana - España

Para amistar a un gato
sitúese ante él, un poco lejos,
siéntese con cuidado y miramientos
como si fuera usted de porcelana,
y mire distraídamente al techo.
Tense el lomo, levante la barbilla
como si fuera usté una bailarina,
balancee con mimo la cabeza,
mostrando el cuello, entorne los ojos,
y mírele un instante de soslayo.
Muéstrese coquetón y complaciente,
pero algo firme y, al tiempo, distante:
no piense el gato que es usted tan fácil.
Tras mucho remirarle él fijamente,
si acaso es que le acepta, precavido
se arrimará a olisquearle a usted las piernas.
En este instante, que es muy delicado,
deje caer su mano suavemente,
y póngala a la altura de su hocico.
Si la olisquea, ya va usted venciendo.
Si acaso, en un extremo de confianza,
le empuja a usted la mano con la frente,
tenga seguro que encontró a un amigo.
Mas no lo eche a perder: ¡no se arrebate!
No es tiempo aún de acariciarle el lomo...
Levántese, muy quedo y despacioso
y salga dignamente de la estancia.

Blanca Barojiana - España

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